jueves, 29 de marzo de 2012

CARTA A LOS EFESIOS. PIDE LA EXPERIENCIA INTERIOR. 3,14-21.

             14Por esta razón doblo las rodillas ante el Padre, 15el que da el apellido a toda familia en cielo y tierra, y le pido que, 16mostrando su inagotable esplendidez, os refuerce y robustezca interiormente con su Espíritu, 17para que el Mesías se instale por la fe en lo íntimo de vosotros y quedéis arraigados y cimentados en el amor; 18con eso seréis capaces de comprender, en compañía de todos los consagrados, lo que es anchura y largura, altura y profundidad, 19y de conocer lo que supera todo conocimiento, el amor del Mesías, llenándoos de la plenitud total, que es Dios.
           20Al que puede hacer mucho más sin comparación de lo que pedimos o concebimos, con esa potencia que actúa eficazmente en nosotros, 21a él dé gloria la Iglesia con el Mesías Jesús por todas las generaciones, de edad en edad, amén.

EXPLICACIÓN.

14-21.       Libre acceso al Padre (14); el que da el apellido etc., lit. "de quien toda familia... tiene su nombre"; el nombre que un padre transmite y que caracteriza a los de su familia es, en nuestro tiempo, el apellido (15). No basta conocer, hace falta la experiencia del Espíritu (16). Éste da una fuerza interior que capacita para prestar una adhesión incondicional a Jesús, identificando con él y con su obra salvadora (Mesías); de esta adhesión se deriva la entrega por amor, que llega a constituir el fundamento de la existencia (17). Vivir en el amor dilata sin medida el horizonte del hombre y da la experiencia del inefable amor salvador de Jesús, que revela el ser mismo de Dios (19). La fuerza y eficacia del amor de Dios puede elevar al hombre a alturas que no imagina. Doxología (20-21).

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