jueves, 29 de marzo de 2012

CARTA A LOS EFESIOS. V. RECOMENDACIÓN FINAL Y DESPEDIDA. 6,10-24.

              10Para terminar, dejad que os robustezca el Señor con su poderosa fuerza. 11Poneos las armas que Dios da para resistir a las estratagemas del diablo, 12porque la lucha nuestra no es contra hombres de carne y hueso, sino la del cielo contra las soberanías, contra las autoridades, contra los jefes que dominan en estas tinieblas, contra las fuerzas espirituales del mal.
              13Por eso os digo que cojáis las armas que Dios da, para poder hacerles frente en el momento difícil y acabar el combate sin perder terreno. 14Conque en pie: abrochaos el cinturón de la verdad, por coraza poneos la honradez (Is 11,5); 15 bien calzados, dispuestos a dar la noticia de la paz (Is 52,7). 16Tened siempre embrazado el escudo de la fe, que os permitirá apagar todas las flechas incendiarias del malo. 17Tomad por casco la salvación y por espada la del Espíritu (Is 59,17), es decir, la palabra de Dios.
              18 Al mismo tiempo, con la ayuda del Espíritu, no perdáis ocasión de orar, insistiendo en la oración y en la súplica; y para eso espantad el sueño y pedid constantemente por todos los consagrados; 19y también por mí, para que Dios abra mis labios y me conceda palabras para comunicar sin temor su secreto, la buena noticia 20de la que soy portavoz... en cadenas. Pedid que tenga valor para hablar de él como debo.
              21Quiero que también vosotros sepáis qué es de mí y qué tal sigo; de todo os informará Fortunato, nuestro hermano querido y auxiliar fiel en la tarea del Señor. 22Os lo mando precisamente para que tengáis noticias nuestras y os dé ánimos.
              23Que Dios Padre y el Señor, Jesús Mesías, concedan a los hermanos paz y amor acompañados de fe; 24su favor acompañe a todos los que aman a nuestro Señor, Jesús Mesías, sin desfallecer.

EXPLICACIÓN.

10-24.      La lucha contra el mal no se hace sólo con las propias fuerzas, sino con las que infunde el Señor (10-11). Ataques insidiosos del mal que domina el mundo, personificado en figuras tradicionales, diablo, soberanías, autoridades, etc.: hombres de carne y hueso, lit. "carne y sangre"; la del cielo, cf. 1,3. La lucha tiene como enemigos a los poderes que dominan a la humanidad (12). No es una lucha violenta; sus armas son la conducta propia del hombre nuevo (verdad/sinceridad, honradez) (13-14) y la propagación del mensaje (Is 52,7) experiencia interior de salvación, dada por el Espíritu (cf. 2,5) (17). El autor se apoya en Is 11,5; 52,7; 59,17.

                La oración de unos por otros demuestra el amor/solidaridad entre los cristianos (18). Situación de Pablo (19-20). Mensajero (cf. Col 4,7) (21-22). Bendición final: paz y amor, ambiente comunitario; fe, adhesión a Jesús; respuesta divina, su favor/amor (23-24).

CARTA A LOS EFESIOS. IV. RELACIONES DOMÉSTICAS. 5,21-6,9.

                   21Sed dóciles unos con otros por respeto a Cristo: 22las mujeres a sus maridos como si fuera al Señor; 23porque el marido es cabeza de la mujer, como el Mesías, salvador del cuerpo, es cabeza de la Iglesia. 24Como la Iglesia es dócil al Mesías, así también las mujeres a sus maridos en todo.
                  25Maridos, amad a vuestras mujeres como el Mesías amó a la Iglesia y se entregó por ella: 26quiso así consagrarla con su palabra lavándola en el baño del agua, 27para prepararse una Iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni nada parecido, una Iglesia santa e inmaculada. 28Así deben también los maridos amar a sus mujeres como a su propio cuerpo. Amar a su mujer es amarse a sí mismo; 29y nadie ha odiado nunca a su propio cuerpo, al contrario, lo alimenta y lo cuida, como hace el Mesías con la Iglesia, 30porque somos miembros de su cuerpo. 31"Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos un solo ser" (Gn 2,24). 32Este símbolo es magnífico; yo lo estoy aplicando a Cristo y a la Iglesia; 33pero también vosotros, cada uno en particular, debe amar a su mujer como a sí mismo, y la mujer debe respetar al marido.
           1Hijos, obedecer a vuestros padres cristianamente, como es razón. 2"Honra a tu padre y a tu madre" es el primer mandamiento que lleva una promesa: 3"te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra" (Éx 20,12).
                 4Padres, vosotros no exasperéis a vuestros hijos; criadlos educándolos y corrigiéndolos como el Señor quiere.
                 5Esclavos, obedecer escrupulosamente a vuestros amos de la tierra, de todo corazón, como si fuera al Mesías. 6No en lo que se ve, para quedar bien, sino como esclavos de Cristo que cumplen la voluntad de Dios con toda el alma; 7servid de buena gana, como si fuera al Señor y no a hombres; 8recordad que lo que uno haga de bueno, sea esclavo o libre, se lo pagará el Señor.
                9Amos, vosotros correspondedles dejándoos de amenazas; recordad que ellos y vosotros tenéis un amo en el cielo y que ése no tiene favoritismos.

EXPLICACIÓN.

5,21-6,9       Actitud recíproca en la comunidad (21). Caso práctico, el de las mujeres respecto a los maridos. El hombre es cabeza/jefe de la mujer (cf. 1 Cor 11,3); no se conoce el origen de esta concepción. El autor lleva su argumentación más allá de lo necesario: la obra del Mesías con la iglesia (su muerte, que hace posible el bautismo, la purifica) no puede ser repetida por el marido respecto a la mujer. Del texto de Gn 2,24 deduce el autor cuál ha de ser la actitud del marido con su mujer, como lo es la del Mesías con la Iglesia (5,21-33).

                    En la familia, relación de padres e hijos (Éx 20,21) (6,1-3). Esclavos y amos. El autor se deja llevar del tema que trata y llama a los cristianos esclavos de Cristo, queriendo probablemente indicar sólo el vínculo y la fidelidad dominante del cristiano; ese vínculo estimula a actuar con plena responsabilidad, aun en el caso de tener en la sociedad condición de esclavo. Conducta de los amos (cf. 2 Cr 19,7: "el Señor nuestro Dios no admite injusticias, favoritismos ni sobornos") (6,1-9). Escrupulosamente (5), lit. "con temor y temblor", frase hecha que indica el máximo cuidado (cf. 2 Cor 7,15; Flp 2,12).

CARTA A LOS EFESIOS. ROMPER CON EL PASADO. 4,17-5,20.

            17Por tanto, en nombre del Señor os digo y os recomiendo que no viváis más como los paganos, con la cabeza vacía, 18con el pensamiento a oscuras y ajenos a la vida de Dios; esto se debe a la inconsciencia que domina entre ellos por la ceguera de su mente: 19perdida toda sensibilidad, se han entregado al vicio, dándose insaciablemente a toda clase de inmoralidad.
            20Lo que es vosotros, no fue ésa la instrucción que os dieron sobre el Mesías; 21supongo que os hablaron de él y que, a propósito de él, os enseñaron lo que responde a la realidad de Jesús; 23es decir, a despojaros, respecto a la vida anterior, del hombre que erais antes, que se iba desintegrando seducido por sus deseos, 23a cambiar vuestra actitud mental 24y a revestiros de ese hombre nuevo creado a imagen de Dios, con la rectitud y santidad propias de la verdad.
            25Por tanto, dejaos de mentiras, hable cada uno con verdad a su prójimo (Zac 8,16), que somos miembros unos de otros. 26Si os indignáis, no lleguéis a pecar (Sal 4,4), que la puesta del sol no os sorprenda en vuestro enojo; 27no dejéis resquicio al diablo.
            28El ladrón, que no robe más; mejor será que se fatigue trabajando honradamente con sus propias manos para poder repartir con el que lo necesita. 29Malas palabras no salgan de vuestra boca; lo que digáis sea bueno, constructivo y oportuno, así hará bien a los que lo oyen.
           30No irritéis al santo Espíritu de Dios que os selló para el día de la liberación, 31nada de brusquedad, coraje, cólera, voces ni insultos; desterrad eso y toda inquina. 32Unos con otros sed agradables y de buen corazón, perdonándoos mutuamente como Dios os perdonó por Cristo.

5         1En una palabra: como hijos queridos de Dios, procurad pareceros a él 2y vivid en mutuo amor, igual que el Mesías os amó y se entregó por vosotros, ofreciéndose a Dios como sacrificio fragante.
             3Por otra parte, de lujuria, inmoralidad de cualquier género o codicia, entre vosotros, ni hablar; es impropio de gente consagrada. 4Y lo mismo obscenidades, estupideces o chabacanerías, que están fuera de sitio; en lugar de eso, dad gracias a Dios. 5Porque esto que digo, tenedlo por sabido y resabido: nadie que se da a la lujuria, a la inmoralidad o a la codicia, que es una idolatría, tendrá parte en el reinado del Mesías y de Dios.
             6Que nadie os engañe con argumentos especiosos: estas cosas son las que atraen la reprobación de Dios sobre los rebeldes. 7Por eso no os hagáis cómplices de ellos; 8porque antes, sí, eráis tinieblas, pero ahora, como cristianos sois luz. 9Portaos como gente hecha a la luz, donde florece toda bondad, honradez y sinceridad, 10examinando a ver lo que agrada al Señor. 11En vez de asociaros a las acciones improductivas de las tinieblas, denunciadlas, 12porque lo que ésos hacen a escondidas da vergüenza hasta decirlo. 13Pero todo eso, cuando la luz lo denuncia, queda al descubierto, 14y todo lo que está al descubierto recibe el influjo de la luz. Por eso dicen:

                Despierta, tú que duermes,
                levántate de la muerte
                y te iluminará el Mesías.

               15Por consiguiente, mucha atención a cómo os portáis: no como simplones, sino con talento, 16aprovechando las ocasiones, porque corren días malos. 17No seáis irreflexivos, tratad de comprender lo que el Señor quiere.
               18Tampoco os emborrachéis con vino, que esconde libertinaje; eso sí, llenaos de Espíritu, 19expresaos entre vosotros con salmos, himnos y cánticos inspirados, cantando y tocando con toda el alma para el Señor y, 20por medio de nuestro Señor, Jesús Mesías, dad gracias por todo sin cesar a Dios Padre.

EXPLICACIÓN.

4,17-5,20    La adhesión al Señor lleva consigo un cambio radical de conducta (cf. Rom 6; Col 3); la forma de vivir de los paganos se describe con el lenguaje convencional propio de los polemistas judíos (cf. Rom 1,18ss); conductas de esta clase no pueden continuar cuando se entra a formar parte de la comunidad (17-19).

                 Instrucción prebautismal; da a conocer a Jesús como salvador (Mesías) y la conducta que responde a ese conocimiento; ruptura con el pasado, cambio de vida y de actitud que hacen un hombre nuevo (cf. Col 3,10) (20-24).

                 Las recomendaciones particulares que siguen manifiestan aspectos del amor a los demás. Sinceridad (Zac 8,16) (25), renuncia al rencor (Sal 4,4) (26-27), honradez y trabajo, para poder compartir (28), buen trato con deseo de hacer bien (29). El Espíritu/amor, que configura al cristiano y lo identifica como "propiedad" de Dios (sello), es prenda de la liberación definitiva (cf. 1,13: garantía de la herencia); no actuar contra su impulso (cf. Is 63,10) (30). Buenas maneras, perdón fácil (31-32).

                El parecido de hijos con el Padre se realiza amando al prójimo como lo hizo el Hijo de Dios (5,1-2). La inmoralidad y el afán de dinero, la explotación sexual y económica, manifestaciones del egoísmo, excluyen de la comunidad/reino de Dios (3-5).

               Hay quienes representan un peligro por proponer doctrinas o prácticas contrarias al espíritu cristiano (6), inspiradas sin duda en principios paganos (antes erais tinieblas). Denunciar el mal, sin admitir complicidades (7-8). La conducta cristiana es transparente, se orienta por la sintonía con la luz, que es alegría, libertad, verdad, sinceridad, amor (9). Presencia del Señor en la vida (10). Vuelve la crítica a las costumbres paganas (11-12).

              Cita de un fragmento de un himno cristiano primitivo; el texto no se dirige a la comunidad, sino a los recién convertidos o a los que aún no creen (13-14). Exhortación a un proceder maduro (15-17). Celebración y alegría cristianas, inspiradas por el Espíritu (18-20).

CARTA A LOS EFESIOS. III. UNIDAD Y AMOR MUTUO. LA DIVERSIDAD, INSTRUMENTO DE UNIDAD. 4,1-16.

4           1En consecuencia, un favor os pido, yo, el prisionero por el Señor: Que viváis a la altura del llamamiento que habéis recibido; 2sed de los más humilde y sencillo, se pacientes y conllevaos unos a otros con amor. 3Esforzaos por mantener la unidad que crea el Espíritu, escuchándola con la paz. 4Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una es también la esperanza que os abrió su llamamiento; 5un Señor, una fe, un bautismo, 6un Dios y un Padre de todos, que está sobre todos, entre todos y en todos.
              7Pero cada uno hemos recibido el don en la medida en que el Mesías nos lo dio. 8Por eso dice la Escritura:

               Subió a lo alto llevando cautivos,
               dio dones a los hombres (Sal 67,19).

             9¿Qué significa ese "subió" sino que también ha bajado a esta tierra inferior? 10El que ha bajado es aquel que había subido por encima de los cielos para llenar el universo.
             11Y así, fue él quien dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, a otros como pastores y maestros, 12con el fin de equipar a los consagrados para la tarea del servicio, para construir el cuerpo del Mesías, 13hasta que todos sin excepción alcancemos la unidad que es fruto de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, la edad adulta, el desarrollo que corresponde al complemento del Mesías.
             14Así ya no seremos niños, zarandeados y a la deriva por cualquier ventolera de doctrina, a merced de individuos tramposos, consumados en las estratagemas del error. 15En vez de eso, siendo auténticos en el amor, crezcamos en todo aspecto hacia aquel que es la cabeza, Cristo. 16De él viene que el cuerpo entero, compacto y trabado por todas las junturas que lo alimentan, con la actividad peculiar de cada una de las partes, vaya creciendo como cuerpo, construyéndose él mismo por el amor.

EXPLICACIÓN.

1-16.      El tema de la unidad, expuesto anteriormente, lleva a la exhortación. La unidad es fruto del Espíritu y exigencia ineludible del llamamiento cristiano. La actitud de humildad y amor paciente es esencial, para impedir que la unidad sea destruida por los defectos ordinarios (2-3). Motivos profundos de la unidad (4-5); sobre todos, gr. epi pántôn, cf. Rom 9,5; entre todos, gr. dia pántôn, expresa una relación con todo el cuerpo de la comunidad, a través de la cual se difunden el influjo y la fuerza de Dios; en todos, gr. en pâsin, más individual, indica la habitación de Dios en cada uno (6).

             Pasa de la relación con la comunidad como un todo a la relación con los individuos. La unidad no significa uniformidad; es dinámica, fruto de la colaboración de todos en la tarea común, cada uno con el don que ha recibido (7).

             Por eso dice la Escritura, lit. Por eso dice; se suple el sujeto obvio (cf. Rom 15,9.10; Gál 3,16) (8). La cita de Sal 67,19 modifica el original en el segundo verso (hebr., LXX: "te dieron tributo de hombres"), siguiendo, al parecer, el Targum de los Salmos, donde es Moisés, quien, después de haber subido al monte, baja hasta el pueblo con la Ley. De este modo, la cita y el comentario del autor (9-10) describen de modo figurado el don del Espíritu, diversificado en dones diversos, por parte de Jesús victorioso y exaltado, de nuevo presente en la comunidad (cf. 3,17).

             Los dones miran a la construcción de la nueva comunidad humana, el cuerpo/pueblo del Mesías. Apóstoles no designa a los Doce, sino a todos los que tienen el carisma de fundar comunidades y educarlas en la fe; profetas, los que, inspirados por el Espíritu, transmiten a la comunidad mensajes del Señor; evangelistas, predicadores itinerantes; pastores, responsables que cuidad de la comunidad (cf. 1 Pe 2,25, de Jesús); maestros, los que proponen y explican el mensaje de Jesús. Unidad, madurez, desarrollo pleno, cuya meta es la condición de Jesús Mesías (11-13). Resultado de la madurez en la unidad es la firmeza en las propias convicciones (14). El amor fraterno, factor de crecimiento para la nueva humanidad (15-16).

CARTA A LOS EFESIOS. PIDE LA EXPERIENCIA INTERIOR. 3,14-21.

             14Por esta razón doblo las rodillas ante el Padre, 15el que da el apellido a toda familia en cielo y tierra, y le pido que, 16mostrando su inagotable esplendidez, os refuerce y robustezca interiormente con su Espíritu, 17para que el Mesías se instale por la fe en lo íntimo de vosotros y quedéis arraigados y cimentados en el amor; 18con eso seréis capaces de comprender, en compañía de todos los consagrados, lo que es anchura y largura, altura y profundidad, 19y de conocer lo que supera todo conocimiento, el amor del Mesías, llenándoos de la plenitud total, que es Dios.
           20Al que puede hacer mucho más sin comparación de lo que pedimos o concebimos, con esa potencia que actúa eficazmente en nosotros, 21a él dé gloria la Iglesia con el Mesías Jesús por todas las generaciones, de edad en edad, amén.

EXPLICACIÓN.

14-21.       Libre acceso al Padre (14); el que da el apellido etc., lit. "de quien toda familia... tiene su nombre"; el nombre que un padre transmite y que caracteriza a los de su familia es, en nuestro tiempo, el apellido (15). No basta conocer, hace falta la experiencia del Espíritu (16). Éste da una fuerza interior que capacita para prestar una adhesión incondicional a Jesús, identificando con él y con su obra salvadora (Mesías); de esta adhesión se deriva la entrega por amor, que llega a constituir el fundamento de la existencia (17). Vivir en el amor dilata sin medida el horizonte del hombre y da la experiencia del inefable amor salvador de Jesús, que revela el ser mismo de Dios (19). La fuerza y eficacia del amor de Dios puede elevar al hombre a alturas que no imagina. Doxología (20-21).

CARTA A LOS EFESIOS. EXPLICA DE NUEVO EL DESIGNIO DE DIOS. 3,1-13.

3           1Por esta razón yo, Pablo, prisionero del Mesías Jesús para el bien de vosotros los paganos... 2Supongo que estáis enterados del encargo que Dios generosamente me ha dado con vistas a vosotros; 3cómo en una revelación se me dio a conocer el secreto que he expuesto con brevedad anteriormente; 4leyéndolo podréis daros cuenta de que entiendo del secreto del Mesías.
              5Nunca se había dado a conocer a los hombres de otras generaciones como ahora lo ha revelado el Espíritu a los consagrados, a sus apóstoles y profetas: 6que los paganos, mediante el Mesías Jesús y gracias a la buena noticia, entran en la misma herencia, forman un mismo cuerpo y tienen parte en la misma promesa; 7buena noticia a cuyo servicio estoy, regalo que me hizo Dios generosamente con la eficacia de su poder. 8A mí, el más insignificante de todos los consagrados, me concedieron este don: anunciar a los paganos la inimaginable riqueza del Mesías 9y aclararles a todos cómo se va realizando el secreto escondido desde siempre en Dios, creador del universo.
             10Así, desde el cielo, por medio de la Iglesia, se dan a conocer las soberanías y autoridades las múltiples formas de la sabiduría de Dios, 11contenidas en el proyecto secular que llevó a efecto mediante el Mesías, 12Jeśus Señor nuestro.
            Gracias a él, tenemos esa libertad de acercamiento, con la osadía que da la fe en él; 13por eso, hacedme el favor de no acobardaros cuando paso dificultades por vosotros; ellas son precisamente vuestra gloria.

EXPLICACIÓN.

1-13.      La igualdad de los hombres ante Dios, revelada recientemente por el Espíritu: los paganos son herederos juntamente con los judíos. El secreto del Mesías (4) es el designio secreto de Dios mencionado en 1,9. A los consagrados, etc. (5), mejor que "a sus santos apóstoles y profetas" (cf. Col 1,26); esta última traducción restringiría la denominación "santos/consagrados", aplicada en la carta a todos los miembros de la comunidad; de hecho, los carismas de "apóstol" y "profeta" son dones particulares derivados de la consagración general por el Espíritu. Misión de Pablo entre los paganos (7-9).

              La iglesia, donde se han eliminado las discriminaciones de religión y raza, manifiesta la sabiduría de Dios. Soberanías y autoridades, cf. 1,21 (10-11).

              Los hombres pueden acercarse a Dios sin temor y sin intermediarios; esta libertad es el efecto de la adhesión a Jesús (12). La oposición de los poderes de este mundo, que crean dificultades (13) y tienen a Pablo en prisión (v.1), es gloria para los cristianos.

CARTA A LOS EFESIOS. II. EL MESÍAS, EJECUTOR DEL DESIGNIO DE UNIDAD: LA HUMANIDAD NUEVA. SITUACIÓN ANTERIOR. OBRA DEL MESÍAS. RESULTADO. 2,11-22.

             11Recordad por eso que antes vosotros, los paganos en el cuerpo -tratados de "incircuncisos" por los que se llamaban "circuncisos" (en el cuerpo y por mano de hombres)-, 12recordad que no teníais un Mesías, que estabais excluidos de la ciudadanía de Israel y erais ajenos a las alianzas, sin esperanza en la promesa ni Dios en el mundo.
             13Ahora, en cambio, gracias al Mesías Jesús, vosotros los que antes estabais lejos estáis cerca por la sangre del Mesías, 14porque él es nuestra paz: él, que de los dos pueblos hizo uno y derribó la barrera divisoria, la hostilidad, 15aboliendo en su vida mortal la ley de los minuciosos preceptos; así, con los dos, creó en sí mismo una humanidad nueva, estableciendo la paz, 16y a ambos, hechos un solo cuerpo, los reconcilió con Dios por medio de la cruz, matando en sí mismo la hostilidad.
           17Por eso su venida anunció la paz a los que estabais lejos y la paz a los que estaban cerca (Is 57,19), 18pues gracias a él unos y otros, por un mismo Espíritu, tenemos acceso al Padre.
           19Por tanto, ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los consagrados y familia de Dios, 20pues fuisteis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, con el Mesías Jesús como piedra angular. 21Por obra suya la construcción se va levantando compacta, para formar un templo consagrado por el Señor; 22y también por obra suya vais entrando vosotros con los demás en esa construcción, para formar por el Espíritu una morada para Dios.

EXPLICACIÓN.

11-22.      La humanidad pagana, en el desamparo; Israel, privilegiado (11-12). Jesús Mesías acerca a los paganos y libera a Israel de su privilegio, que era su carga; se concretaba en la Ley, causa de división racial, religiosa y cultural, que aislaba a Israel en un intransigente particularismo. La muerte del Mesías a manos de la Ley sella el fin de ésta; cesa la hostilidad que ella causaba. La nueva humanidad, liberada de la Ley, barrera divisoria, integra a todos los pueblos y, unida, puede reconciliarse con Dios. El Espíritu, vínculo de unión entre los hombre y de éstos con el padre (13-18).

               La nueva humanidad unida, procedente de judíos y paganos, es la familia de Dios. Apóstoles y profetas, los carismas principales en la comunidad cristiana (Ef 4,11; cf. 1 Cor 12,28). El nuevo templo, la humanidad unificada por Jesús Mesías (piedra angular) y consagrada por el Espíritu (cf. 1 Pe 2,4-8) (19-22).

CARTA A LOS EFESIOS. FUNDAMENTOS DE LA ESPERANZA. 1,20-2,10.

                20Desplegó esa eficacia con el Mesías, resucitándolo y sentándolo a su derecha en el cielo, 21por encima de toda soberanía y autoridad y poder y dominio, y de todo título reconocido no sólo en esta edad, sino también en la futura. 22Sí, todo lo sometió bajo sus pies (Sal 8,7), y a él lo hizo, por encima de todo, cabeza de la Iglesia, 23que es su cuerpo, el complemento del que llena totalmente el universo.

2            1También vosotros estabais muertos por vuestras culpa y pecados, 2pues tal era antes vuestra conducta, siguiendo el genio de este mundo, siguiendo al jefe que manda en esta zona inferior, el espíritu que ahora actúa eficazmente en los rebeldes. 3De ellos éramos también nosotros, pues todos vivíamos antes sujetos a los bajos deseos, obedeciendo a los caprichos del instinto y de la imaginación, y, naturalmente, estábamos destinados a la reprobación como los demás.
              4Pero Dios, rico en misericordia, por el gran amor que nos tuvo, 5cuando estábamos muertos por las culpas nos dio vida con el Mesías -estáis salvados por pura generosidad-, 6con él nos resucitó y con él nos hizo sentar en el cielo, en la persona del Mesías Jesús. Con esta bondad suya para con nosotros, por medio del Mesías, Jesús, 7quería mostrar a las edades futuras su espléndida e incomparable generosidad.
             8De hecho, gracias a esa generosidad estáis ya salvados por la fe; es decir, no viene de vosotros, es don de Dios 9no es por lo que hayáis hecho, para que nadie se enorgullezca. 10Somos realmente hechura suya, creados, mediante el Mesías Jesús, para hacer el bien que Dios nos asignó de antemano como línea de conducta.

EXPLICACIÓN.

1,20-2,10.    La potencia de Dios se ha manifestado en la exaltación de Jesús Mesías. Alude el autor a Sal 110,1: "Dice el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, mientras hago de tus enemigos estrado de tus pies", y a Sal 8,7: "Todo lo sometiste bajo sus pies". Los términos soberanía, autoridad, etc. designaban potencias supramundanas; pero en los escritos del NT, también a los poderes de este mundo, concreción de las potencias que dominan al hombre; ésos son los enemigos que dieron muerte al Mesías y que Dios somete debajo de sus pies. La exaltación del Mesías no lo separa de la humanidad; al contrario, está conectado a ella por medio de la iglesia/comunidad, que es su cuerpo (1,20-23). Complemento, gr. plêrôma, "plenitud", interpretada en sentido activo: "lo que llena/completa".

                  Apela el autor a la experiencia que los destinatarios, como cristianos, tienen de la salvación. El párrafo 2,1-10 resume el tema principal de la carta a los Romanos. Judíos y paganos estaban excluidos de la salvación por sus pecados (cf. Rom 3,9-20), pero Dios les dio vida por medio del Mesías (cf. Rom 6,11), gratuitamente (Rom 3,24); no hay motivo para el orgullo (Rom 3,27s); dedicación al bien (Rom 8,12). El genio (2,2), en griego "eón", alude quizá al dios de ese nombre, personificación del tiempo y de la eternidad. El genio, el jefe, el espíritu (2), personificaciones del mal exterior que influye en el hombre y lo corrompe.

                 Amor y acción de Dios con la humanidad: una nueva vida y el horizonte de su continuidad más allá de la muerte (4-7). La salvación es un hecho presente, verificada por el don del Espíritu, que mantiene al hombre en comunión con Dios. Jesús, como Mesías salvador, es el que ha realizado esta nueva creación. El don del Espíritu/amor no se detiene en sí mismo: está destinado a comunicar amor y vida a los demás hombres (8-10).

CARTA A LOS EFESIOS. EL DESIGNIO DE DIOS: LA UNIÓN UNIVERSAL. 1,3-19.

              3¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor, Jesús Mesías que, por medio del Mesías, nos ha bendecido desde el cielo con toda bendición del Espíritu!
             4Porque nos eligió con él antes de crear el mundo, para que estuviéramos consagrados y sin defecto a sus ojos por el amor; 5destinándonos ya entonces a ser adoptados por hijos suyos por medio de Jesús Mesías -conforme a su querer y a su designio-, 6a ser un himno a su gloriosa generosidad.
            La derramó sobre nosotros por medio de su Hijo querido, 7el cual, con su sangre, nos ha obtenido la liberación, el perdón de los pecados; muestra de su inagotable generosidad.
           8Y  la derrochó con nosotros -y ¡con cuánta sabiduría e inteligencia!-, 9revelándonos su designio secreto, conforme al querer y proyecto que él tenía 10para llevar la historia a su plenitud: hacer la unidad del universo por medio del Mesías, de lo terrestre y de lo celeste.
          11Por su medio, pues por él Dios hizo de nosotros su heredad (a esto habíamos sido destinados, conforme al proyecto de aquel que activa el universo según su plan y su designio), 12para que los que ya esperábamos en el Mesías fuéramos un himno a su gloria.
          13Y por él también, vosotros, después de oír el mensaje de la verdad, la buena noticia de vuestra salvación, por él, al creer, fuisteis sellados con el Espíritu Santo prometido, 14garantía de nuestra herencia, para liberarnos de su patrimonio, para himno a su gloria.
         15Por eso, por lo que a mí toca, enterado de vuestra adhesión al Señor Jesús y de vuestro amor a todos los consagrados, 16no ceso de dar gracias a Dios por vosotros cuando os encomiendo en mis oraciones.
        17Que el Dios de nuestro Señor Jesús Mesías, el Padre que posee la gloria, os dé un saber y una revelación interior con profundo conocimiento de él; 18que tenga iluminados los ojos de vuestra alma, para que comprendáis qué esperanza abre su llamamiento, qué tesoro es la gloriosa herencia destinada a sus consagrados 19y qué extraordinaria su potencia en favor de los que creemos, conforme a la eficacia de su poderosa fuerza.

EXPLICACIÓN.

3-19.       Bendición a la manera judía, pero de contenido cristiano (cf. 2 Cor 1,3; 1 Pe 1,3); la bendición humana a Dios responde a las bendiciones divinas a los hombres. Desde el cielo (3): la prepos. griega en indica al mismo tiempo el lugar donde está Dios y el lugar desde donde actúa. La bendición de Dios es comunicación de vida. En el AT, concernía tanto a la vida física personal (abundancia y longevidad), como a la del linaje (fecundidad). En el NT, la bendición de Dios comunica la vida de Dios mismo, mediante la infusión de su Espíritu en el hombre.

              Prehistoria del proyecto de Dios (4-6a): desde siempre quiso formar un pueblo (dimensión comunitaria) de hijos suyos (dimensión personal). Es el amor a los demás el que consagra y purifica al hombre (4); él es el distintivo de la nueva comunidad. El ejecutor de este proyecto había de ser Jesús, Mesías/Salvador. Generosidad (6a) o bien "favor, gracia, benevolencia"; así a menudo en la carta (1-6a).

             Dios empieza a realizar el proyecto por medio de su Hijo (6b-7), Jesús Mesías; hijo querido, antigua designación de Israel (cf. Dt 32,15; Is 44,2). La muerte de Jesús a manos de los poderes de este mundo (su sangre) ha abierto al hombre la posibilidad de ver cancelado su pasado de injusticia y adquirir una nueva libertad, una vez quitado el obstáculo para su propia realización.

           Modo de efectuarlo: revelando su designio secreto (8-10). Con cuánta/toda sabiduría e inteligencia puede interpretarse con mayor probabilidad del modo como Dios hace esa revelación que de un don que concede a los hombres y que les permite captarla. El designio consiste en la unidad universal, que tiene como elemento fundamental la unidad de los hombres (lo terrestre) con Dios (lo celeste). De la nueva relación con Dios surgirá una nueva relación humana, la del amor. Tal ha de ser la obra del Mesías. Se inaugura la época final de la historia. La unidad universal es el tema principal de la primera parte de la carta.

         La realización comenzó por los judíos (11-12), que ya tenían la esperanza del Mesías/Salvador; pero el Mesías no estaba destinado sólo a Israel, sino a todos los hombres (13-14). Éstos, por su respuesta al mensaje de Jesús, acceden a la bendición, cumplimiento de las promesas, que se identifica con el don del Espíritu; éste los consagra (Santo), sellándolos como propiedad divina (cf. 2 Cor 1,22). Él asegura el porvenir del hombre más allá de esta vida (garantía, lit. "arras", de nuestra herencia, cf. 2 Cor 1,22; 5,5) y su acción pretende liberar a toda la humanidad, patrimonio de Dios.
         Da gracias a Dios por los destinatarios (15-16) (en otras cartas, la acción de gracias constituye el exordio). Motivo: las dos características que definen a un grupo cristiano: la relación con Jesús (fe/adhesión) y la relación entre sus miembros (amor).

         Añade una petición o bendición (17-19): El Dios de Jesús es el Padre, es decir, el que por amor comunica su propia vida (el Espíritu); gloria, riqueza que puede conceder toda clase de dones; saber/sabiduría que nace de la revelación interior; ésta se identifica con la experiencia viva del Espíritu, que pone en comunión con el Padre. La experiencia de su amor y su fuerza hará comprender su proyecto sobre el hombre y dará la seguridad de su realización. Tenga iluminados los ojos de vuestra alma, lit. "de vuestro corazón" (cf. Sal 13,4; 19,19), término que, en la antropología semítica, designa la interioridad del hombre (alma).            

CARTA A LOS EFESIOS. 1,1-2.

1           1Pablo, apóstol del Mesías por designio de Dios, a los consagrados, a los que son también fieles del Mesías Jesús: 2Os deseo el favor y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesús el Mesías.

EXPLICACIÓN.

1-2.       Remitente y destinatarios, a los que no se les llama "iglesia/comunidad". Con algunos buenos mss. se omite la indicación "en Éfeso". La carta parece ser un tratado destinado a las comunidades de Asia Menor. Consagrados, cf. Rom 1,7. Saludo. "Fieles del Mesías Jesús" gr. en, la adhesión los une o incorpora a él.


CARTA A LOS EFESIOS. DIVISIÓN.

Atendiendo a la idea central, la unidad, proponemos la división siguiente:

         Dirección y saludo (1,1-2).
         I. El designio de Dios: la unión universal (1,3-2,10).
        II. Cristo, ejecutor del designio de unidad: La humanidad nueva (2,11-3,21).
       III. Unidad y amor muto (4,1-5,20).
       IV. Relaciones domésticas (5,21-6,9).
       V. Recomendación final y despedida (6,10-24).

CARTA A LOS EFESIOS. CONTENIDO.

                La carta a los Efesios es el gran documento de la unidad eclesial. El autor pone la unidad de la humanidad entera como objetivo del designio divino sobre la historia (1,9-10), que se realiza por medio de Jesús, el Mesías, prometido al pueblo judío, pero de hecho perteneciente a la humanidad entera (1,11-14; v. Col 1,27).

             El autor desarrolla la metáfora del cuerpo aplicada a la Iglesia que ya aparecía en Pablo (1 Cor 12; v. Col 1,18; Ef 1,22-23), pero afirma también la actividad universal de Dios por medio del Mesías (1,10.20-22; 3,10; 4,10). El designio de unidad se lleva a cabo reconciliando a los hombres entre sí (2,14) y, para ello, aboliendo todo obstáculo, privilegios raciales, religiosos, culturales, políticos, cuyo prototipo era la Ley mosaica (2,14-16). La Iglesia, por tanto, símbolo y anticipo del reino de Dios, es el lugar donde toda discriminación desaparece (Gál 3,28; Col 3,11); ningún pueblo tiene derecho preferente ante Dios (2,17-18).

           La unidad, sin embargo, que debe manifestarse en la Iglesia (4,1-6), no es estática, sino dinámica y, por tanto, excluye la uniformidad (4,7-11) y la pasividad (4,12); por el contrario, está caracterizada por la colaboración en una tarea común a la cual las dotes de cada individuo contribuyen activamente (4,11-13). Medio y camino para alcanzar el objetivo es el amor mutuo y sincero, es decir, la responsabilidad que siente el cristiano por el crecimiento propio y de los demás, en la línea que Dios señala (4,15-16; v. Col 2,19).

          Es notable la insistencia de la carta en la experiencia interior del cristiano: no basta el saber intelectual, hace falta una revelación interior que lleve al conocimiento personal de Dios, para que el cristiano descubra los horizontes de su llamamiento y los motivos de su confianza (1,17-19); es necesaria también la fuerza interior del Espíritu para que Cristo sea una realidad en la vida (3,16-17); el amor fraterno, fruto de la experiencia de Cristo, es el que permitirá llegar a conocerlo plenamente, con una penetración que sobrepasa la capacidad humana (3,18-19).

         La sección moral de la carta (4,17-5,20), y especialmente la que expone las relaciones domésticas (5,21-6,9), manifiesta una inspiración judía helenística.

        El autor se presenta como un judío cristiano (2,3.11.17) helenizado, que adopta algunas nociones gnósticas (relación cabeza-cuerpo; matrimonio Cristo-Iglesia). Conocía los escritos paulinos y, en particular, la carta a los Colosenses; continúa y desarrolla algunas líneas de Pablo.

          La ocasión de la carta parece haber sido la sorprendente afluencia de paganos a la Iglesia; esto podía acarrear el peligro de un nuevo particularismo por olvidar el pasado judío, y el autor se propone poner remedio. La fecha de composición puede oscilar entre los años 80 y 100, posiblemente, dadas las semejanzas con Col, en Asia Menor.

CARTA A LOS EFESIOS. OCASIÓN DE LA CARTA.

                El momento histórico que revela la carta es el de la conversión de un buen número de paganos; Ef construye una teología o mejor una eclesiología a partir del acontecimiento, y en él centra el secreto de Dios. En esto presenta afinidades con Col y 1 Pe, como también con la doxología de Rom 16,25-27. Por eso, a pesar de las teorías propuestas para salvar la autenticidad paulina (teoría del amanuense, del testamento espiritual de Pablo y otras), la conclusión prácticamente inevitable de los datos que poseemos es que la carta no puede atribuirse a Pablo, sino que pertenece a una generación posterior. Esto no supone intención de engañar en el autor de la carta. Era frecuente en la época la publicación de escritos pseudónimos que sólo pretendían continuar la alianza de un autor conocido o aplicarla a nuevas circunstancias; así el libro de la Sabiduría de Salomón, escrito en griego en el siglo I a.C. Se añade a esto el hecho de la predicación inspirada por el Espíritu (profetismo) en las primeras comunidades cristianas (1 Cor 14,3-4.24-25); las palabras de los inspirados eran consideradas como doctrina apostólica y, por tanto, no es sorprendente que fuesen publicadas bajo el nombre de un apóstol. De hecho el estilo de Ef, al menos el del trozo 1,3-4,16, parece más bien el de un sermón o exhortación, encuadrada después en forma de carta.

CARTA A LOS EFESIOS. INTRODUCCIÓN. AUTENTICIDAD.

                Tres problemas se presentan en este apartado: el primero, el del título de la carta: "a los efesios"; el segundo, el de su autor, y el tercero, el de su dependencia de la carta a los Colosenses.

                La dirección de la carta: "a los fieles de Cristo Jesús que residen en Éfeso", no es primitiva; el testigo más antiguo de las cartas de Pablo, un papiro de principios del s. III, lo omite, ofreciendo el texto más sencillo que figura en nuestra traducción. Autores del s. II desconocían la dirección "en Éfeso" y consideraron que la carta estaba destinada a Laodicea (Col 4,16). Por otra parte, al contrario de las cartas de Pablo, falta todo detalle concreto, todo saludo a personas. Se ha supuesto, por eso, que la carta fuese una especie de circular dirigida a las comunidades cristianas.

              La carta se presenta escrita por Pablo, que está en la cárcel (3,1; 4,1; 6,20). El autor, sin embargo, no conoce personalmente a los destinatarios y sólo de oídas su fe y su amor a los consagrados (1,14); no tiene tampoco noticias exactas de la predicación que les anunció el evangelio (4,21); ellos por su parte tampoco lo conocen a él (3,2). Esto resulta incomprensible si se trata de una carta de Pablo a los cristianos de Éfeso, ciudad donde el apóstol vivió más de dos años (Hch 19,10; 20,31).

             La cuestión de la autenticidad paulina es también debatida. La lengua y el estilo de Ef es tan diferente del de las cartas indiscutidas de Pablo (Rom, 1 Cor, 2 Cor, Gál, Flp, 1 Tes, Flm), que es imposible atribuirlas al mismo autor. Diferencias de vocabulario, de expresión, de construcción gramatical, sustituyendo las abundantes partículas paulinas por series de genitivos dependientes, que oscurecen el pensamiento y producen un estilo redundante y pesado. Su lenguaje es también mucho más semítico que el de las cartas de Pablo.

          Otro argumento contra la autenticidad paulina se basa en la relación de Ef con Col. De los 155 versículos que componen Ef, 73 tienen paralelos verbales con Col. Aparte la noticia sobre Fortunato (Ef 6,21-22), que corresponden literalmente a Col 4,7-8, compárense los siguientes pasajes: Ef 1,6-7 con Col 1,13-14: Ef 1,13, Col 1,5; Ef 1,15, Col 1,4; Ef 2,2-3; Col 3,7; asimismo el uso de la palabra "misterio" o "secreto" en ambas cartas: en Col 1,26-27; 2,2; 4,3, designa el acto salvador de Dios por medio del Mesías; mientras en Ef 1,9 expresa la unidad del universo en Cristo, en 3,3-6 (inspirado en Col 1,26), la participación de los paganos en la salvación, y en 5,32 tiene el sentido de símbolo o realidad misteriosa que hace penetrar en la relación de Cristo con la Iglesia. Ninguno de estos tres sentidos se encuentran en Pablo (vse 1 Cor 2,1.7).

           Compárese también la sección de las relaciones domésticas de Ef 5,21-24; 6,1-9 con Col 3,18-4,1, y se notará fácilmente el desarrollo de las ideas en un sentido más explícitamente cristiano.

           Ciertas expresiones resultan difíciles de conciliar con el pensamiento de Pablo, como que los apóstoles y profetas sean el cimiento de la Iglesia (2,20-21), en contraste con Col 2,7 (construidos sobre él) y, sobre todo, con 1 Cor 1,26 (Cristo único cimiento). Es poco verosímil también que Pablo se describiese como "el más insignificante de todos los consagrados" (3,8), aunque sí admitía ser "el menor de los apóstoles" (1 Cor 15,9). No hay mención de la segunda venida, que de un modo u otro siempre aparece en los escritos paulinos incluso en Col 3,4. La inminencia de la venida ha cedido el puesto en Ef a una espera indeterminada (3,21).